domingo, mayo 28, 2006

Ganó Uribe

Con el 92.0% de los votos escrutados, se confirma que Álvaro Uribe seguirá siendo el presidente de Colombia.

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  1. Álvaro Uribe Velez : 6,829,100 - 62.17%
  2. Carlos Gaviria Díaz : 2,426,363 - 22.09%
  3. Horacio Serpa Uribe : 1,303,492 - 11.87%
  4. Antanas Mockus Sivickas : 129,670 - 1.18%
  5. Enrique Parejo Gonzalez : 40,677 - 0.37%
  6. Alvaro Leyva Duran : 20,143 - 0.18%
  7. Carlos Arturo Rincon Barreto : 19,192 - 0.17%

Total Votos En Blanco : 216,555 -1.97%
Total Votos Nulos : 127,589

Total Votos: 11,191,783 - 41.87%

Hoy los "U"ribistas celebrarán, y con toda razón y todo derecho, pero mañana...sólo Dios (como ser o como concepto) sabe qué le esperará a este país laberíntico.


Votando...

Después de votar, es hora de esperar con mucha paciencia el final de los comicios antes de saber cuál será el resultado final. Esperemos que los verificadores y observadores internacionales de la OEA y la Unión Europea hagan bien su tarea. Tal vez nunca será posible erradicar totalmente el fraude o las manipulaciones locales, no olvidemos que seguimos siendo parte del Tercer Mundo, pero sí es posible reducirlo y limitarlo en alguna medida.

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Todo parece transcurrir en relativa calma a nivel nacional, más allá de un par de hechos aislados de violencia menor. Aunque es todavía muy prematuro para decirlo con seguridad, es posible que la abstención baje, al menos en las grandes ciudades, un par de puntos frente a las elecciones del 12 de Marzo. La abstención rural puede que no se modifique demasiado, o inclusive podría aumentar debido a la reducción del entusiasmo y del caciquismo (ya los principales caciques salieron elegidos y descansan tranquilamente en sus lechos).

Yo mismo acabo de regresar de Corferias donde, si bien sí había algunas largas filas, el flujo de votantes era bastante rápido y movido. Todos sabían a qué iban y el tarjetón es totalmente claro, nada de confusión en ese sentido. Hasta parece que los funcionarios ahora sí aprendieron a usar la tinta indeleble de una manera decente. La mayoría de los votantes en las horas de la mañana eran jóvenes de ambos sexos, notándose una falta relativa de ancianos y adultos mayores.

Eso sí, uno de los problemas de Corferias sigue siendo el aspecto logístico. Todavía no hay una verdadera organización, el desorden sigue siendo evidente en varios sentidos. La falta de parqueaderos organizados, la pobre señalización en las salidas respectivas del recinto electoral, y la inconstante atención de los policías han confudido y retrasado a más de un votante y sus acompañantes (aunque sigo sin entender porqué hay personas que parecen ir junto a toda su familia, sólo para dejar a sus familiares esperando en medio de la calle).


sábado, mayo 27, 2006

Los candidatos (IV): Uribe

Finalmente, hablemos de Álvaro Uribe antes del día de elecciones.

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Uribe va a adelante en todas las encuestas, pero no está garantizado que logre la victoria en primera vuelta. Sin duda que bastantes personas, especialmente en las zonas urbanas de mayor concentración de población, consideran que su gobierno ha logrado consolidar diversos logros en materia de seguridad y que se ha podido gozar de una relativa bonanza económica. Mantiene, además, una credibilidad y capacidad de trabajo que le permite realizar varias promesas. Sería incorrecto atribuirle todos los méritos únicamente al Presidente como tal, cuando corresponden tanto a buenas acciones del gobierno como a coyunturas favorables, pero esa parece ser una percepción casi generalizada. Razonable en algunos casos, cuestionable en otros, pero en general más positiva que negativa.

Aún así, el candidato-presidente tiene su lado malo, empezando por su temperamento. No es difícil ver que su carácter tiende a ser autoritario, asumiendo el rol del padre castigador que regaña a los niños malos, y su orígen ganadero explicaría una parte de esa actitud, que es muy conservadora social e ideológicamente. Eso no significa que sea un "dictador" pero no deja de tener sus efectos negativos, como lo es su inclinación a evadir ciertas críticas o a reaccionar verbalmente sin mayores contemplaciones. Todo ello demuestra algún grado de propensión a la intolerancia e impaciencia, algo que tanto Yoga Nidra y Chi Kung no habría logrado dominar, así como tampoco las famosas goticas. Uribe se ha cuidado de llegar a los insultos más explícitos, lo que hay que abonarle porque sí que hay provocaciones, pero de todas formas en varias ocasiones le ha faltado la paciencia y diplomacia que demanda su cargo.

Su otro gran defecto son las malas compañías que lo han llegado a rodear. No sólo las ha tolerado sino que inclusive puede llegar a sentirse cómodo a su lado, dándoles muy rápidamente el beneficio de la duda frente a serias acusaciones. Son personajes como Carlos Nader, Fernando Londoño o el General (R) Rito Alejo del Río, entre bastantes otros, además de una poco clara conexión con Pablo Escobar que no ha hecho sino fomentar toda clase de especulaciones. Algunos han sido probados criminales, otros han sido acusados de varios delitos, o simplemente son individuos que se han merecido una mala imágen pública por cualquier razón. No todos son iguales, y algunos serán inocentes, pero no dejan de ser motivo para desconfiar del sentido común del candidato Uribe. Cuando hay que distinguir entre la amistad personal y la rectitud moral, a un Jefe de Estado se le exige ser imparcial inclusive frente a los mejores amigos o camaradas. Eso va no sólo para Uribe, sino para todos los demás.

Espero que a la hora de votar por un candidato, cualquiera que él sea, los colombianos evaluemos tanto sus propuestas de gobierno como sus características personales. No pretendo descubrir cuál sería el punto de equilibrio entre ambas, porque cada votante deberá utilizar su propio juico y sus propias prioridades para elegir, ojalá libre y responsablemente, al próximo Presidente de la República.


viernes, mayo 26, 2006

Los candidatos (III): Gaviria

Hoy seguimos con el candidato del Polo Democrático Alternativo (PDA) Carlos Gaviria, para luego concluir con Álvaro Uribe.

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Carlos Gaviria ha sido todo un fenómeno tanto en la plaza pública como en la blogósfera, de eso no hay duda. Su merecido aire de conocimiento y su apacible carácter personal son algunas de sus mayores virtudes, que hacen viable toda la acogida que ha tenido su discurso, poniendo a su candidatura en el segundo lugar de las preferencias de los colombianos. De eso no tengo quejas. Creo que es una persona respetable, que ha adelantado una campaña exitosa, con ideas interesantes en el plano intelectual. Pero en política no todo es color de rosa. Le veo varias debilidades a su campaña, algunas importantes. Aquí sólo voy a mencionar dos.

La primera tiene que ver con la falta de claridad de varias de sus propuestas, sobre todo las económicas y de seguridad. No basta con ponerse a debatir sobre la relación entre la aritmética y la ideología, sino que sí hay que pensar más a fondo sobre los dilemas económicos y politico-económicos que implicaría su programa de gobierno, una vez tenga que ponerlo en práctica. Esa es una preocupación totalmente válida. Hablar de "seguridad humana integral" y de las "causas del conflicto" suena muy bien, pero no es suficiente para afrontar las necesidades de una problemática de seguridad compleja. ¿Cómo evitaría que las FARC se aprovechen de la negociación que planea abrir con las mismas? ¿Qué estaría dispuesto a negociar a cambio de la paz y qué no? ¿De qué manera va a resolver las "causas del conflicto" en cuatro años? Además, persisten dudas sobre la validez del concepto de la lucha armada que defiende el Partido Comunista (PCC), algo a lo que Gaviria todavía no ha logrado responder satisfactoriamente.

La segunda es que Gaviria estaría rodeado de personas que despiertan bastante desconfianza. Ese defecto también lo comparte con el presidente-candidato y su combo de "U"ribistas, como lo veremos más adelante. No lo digo sólo por el tema del PCC. Me acaba de llegar un correo de la campaña de Gaviria, donde piden denuncias de fraude, pero no se aclara si cualquier fraude es denunciable o sólo los que vayan a favor de Uribe, asumiendo que en Colombia el fraude sólo puede ir en beneficio de una sola corriente y no de varias, como sucede en la dura realidad. El correo contiene un enlace a una página de Piedad Córdoba, donde está ubicada una supuesta "Liga Antifraude". De esa página no diré mayor cosa, excepto que por algo dicen que las cosas se parecen a su dueño (o dueña).

Si bien entiendo y comparto el que se hagan denuncias razonables, otra cosa sería permitir que se prepare por adelantado una estrategia destinada a maximizar todas las denuncias posibles, verdaderas y falsas por igual, sin mayor verificación. Llevar a cabo lo que puede ser una campaña de deslegitimación premeditada, olvidándose que una denuncia no es igual a una comprobación, no sólo no tendría valor jurídico sino que únicamente beneficiaría a los violentos, las FARC, ELN e inclusive a las ex-AUC. Ojalá Gaviria, que fue juez y sabe de las leyes, de alguna manera entienda lo que todo lo anterior implica, en lugar de dejarse llevar por las emociones y estrategias de sus compañeros.


miércoles, mayo 24, 2006

Los candidatos (II): Serpa

Siguiendo con los demás candidatos, el turno de hoy es para el más veterano en éstas lides. Horacio Serpa Uribe, el representante del otrora gran Partido Liberal. No es coincidencia que tanto él como su partido se encuentren en uno de los momentos de mayor decadencia en su histórica existencia, ahora que él pretende insistir en algo que pocos insistirían.

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Don Horacio está insistiendo por tercera vez consecutiva en su aspiración a la Presidencia de la República. Ese solo hecho constituye su primer gran error, ya que a pesar de que César Gaviria haya tratado de reconfigurar lo que quedó después de la huída en masa de Liberales "U"ribistas, la imágen de Serpa es todo menos renovadora. Serpa ha sido el dueño absoluto del Partido Liberal desde antes de su candidatura del 98, porque estaba en fila india para suceder a Ernesto Samper en el trono. Don Horacio lo defendió contra viento y marea (algo que no hizo el mismo Álvaro Uribe, por ejemplo, al menos fue más cauto), y el pesado legado de ese elefante político se lo ha llevado a la tumba. Empezó por tomar la derrota de las garras de la victoria frente a Pastrana, luego fue dado de baja en combate por la propuesta uribista, y ahora no creo que el domingo vaya a poder resucitar de entre los muertos.

Su segundo error no fue el aceptar la embajada de la OEA a inicios del gobierno Uribe, sino el regresar a lanzarse como candidato opositor tan pronto. Al hacer eso rompió su palabra. Sí, ya sé que eso es algo común entre políticos, pero Serpa lo hizo demasiado rápido e inequívocamente para el gusto de muchos. En pocas palabras, también debió esperar por lo menos al 2010, y dejar que alguien más enfrentase a la aplanadora uribista de hoy.

Y finalmente, su último error ha sido su mala utilización de una táctica muy política, muy Liberal, pero sobre todo muy colombiana: ante la duda, haz populismo. Así lo hizo el amnésico López Michelsen para llegar al poder, lo hizo el vivo Ernesto Samper para no dejarse tumbar, y el mismo Serpa entre otros tantos. Pero lo peor no es eso, sino que el populismo de sus promesas no es creíble. No encaja muy bien con los lugares comunes de sus respuestas en debates y entrevistas, lo que hace dudar de su seriedad. Y su discurso es visto con incredulidad por los Gaviristas y con gran aburrimiento por los "U"ribistas, porque ellos sí saben lo que es hacer populismo modelo 2006, así sea en direcciones diferentes.

Ojalá que la tercera sí sea la vencida para Horacio Serpa antes de su retiro final, porque a menos que milagrosamente logre replantear totalmente su estrategia política cada cuatro años o se someta a un cambio extremo, cada vez va a obtener menos votos.


martes, mayo 23, 2006

Los candidatos (I): Mockus

Falta menos de una semana para las elecciones presidenciales, y por eso considero válido el dedicar los últimos días de la campaña a unas cortas reflexiones sobre los principales candidatos.

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Por ejemplo, hablemos de Antanas Mockus. Sin ser seguidor de Mockus en su etapa actual como candidato presidencial, tengo que decir que me apena un poco verlo con menos de 2% de la intención de voto. Es un hombre inteligente, un buen administrador y con ideas muy razonables sobre lo que nuestro país debería aspirar a construir hacia el futuro: una cultura ciudadana. En resumen, alguien que se merecería más, al igual que su grupo de colaboradores cercanos, pero desafortunadamente ha cometido por lo menos dos errores políticos que lo han condenado al fracaso.

El primero de ellos ha sido el querer representar una opción centrista en un ambiente polarizado: Demasiado derechista para los Gaviristas, y muy izquierdista para los "U"ribistas. Como el mismo Mockus ha admitido, Uribe le quita más votos que Gaviria, así que tal vez el 2010 podría haber sido un mejor momento ya que el candidato-presidente estaría por fuera, pero el 2006 será su más grande fracaso. Hoy, apenas un puñado de internautas, estudiantes, intelectuales y respetables columnistas siguen de su lado. ¿Cómo puede Mockus aspirar a ser el "pos-uribe" en esas condiciones?

El segundo error, aunque retroactivamente inevitable después del fiasco del 12 de Marzo, ha sido el lanzar su candidatura por la Alianza Social Indígena. No tengo nada contra ese movimiento, pero como organización no tiene ni el perfíl, ni la maquinaria y recursos que tienen los de sus rivales. ¡Inclusive tienen más trayectoria los "partiditos" de Uribe y el Partido Liberal de capa caída! Aún entre los mismos indígenas, Mockus ha sido arrasado por Gaviria. Si el tal "Partido Visionario" ya fuera una realidad y no un agridulce sueño de color naranja, quizás la historia hubiera sido diferente, pero Mockus cometió el craso error de querer entrar en política por la puerta grande y en solitario, después de haber permanecido una buena temporada fuera de las pantallas.

Quisiera ser más optimista sobre su candidatura, porque Mockus en algún momento me inspiró interés, pero simplemente no sería realista. Como complemento, les dejo dos entrevistas bastante interesantes sobre Mockus y su pensamiento, realizadas por miembros de la blogósfera colombiana, Atrabilioso y EquinoXio.


lunes, mayo 22, 2006

De las Plazas a las Urnas

El viernes el presidente Uribe aparentemente no alcanzó a llenar del todo la Plaza de Bolívar, y quizás ayer Carlos Gaviria ha estado mucho más cerca de lograrlo, como mínimo. ¿Qué significaría eso?

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En principio no mucho, pero sí muestra ciertas tendencias. Así como sería un hecho que el candidato Gaviria habría tenido algo más de éxito en la plaza pública que el presidente-candidato, también parece que Uribe se mantendría a la cabeza en todas las encuestas, a pesar de lo imperfectas que sean. Sin duda, Gaviria (junto con sus seguidores) dice que no confía demasiado en las encuestas sino en lo que le revelan los sentidos, pero el empirismo puro hace rato que pasó de moda. Llenar plazas hace rato que no es igual a llenar urnas.

Sin embargo, es posible que aunque Uribe pueda seguir siendo más popular en términos nacionales no logre concretar toda esa popularidad en actos específicos, como lo han sido algunas de las plazas públicas y, lo que es más importante, lo que serán las mismas urnas. Sabemos que hay un cierto desánimo en el ambiente, en parte debido a la gran ausencia de debate y a la sensación de que la victoria uribista ya es cosa juzgada. A pesar de ello, Gaviria mantiene una evidente capacidad de convocatoria y se nota que hay entusiasmo entre sus huestes, así sea debido a la coyuntura de la "unidad" de la izquierda, sin olvidar que la muerte anunciada de Horacio Serpa espanta a más de un Liberal de las toldas bigotudas.

Recordemos que el próximo Lunes es puente. La visible complacencia del electorado "U"ribista, si a los votantes en general les llega a dar mucha pereza ir a las urnas el 28, podría provocar que el impulso Gavirista tenga un importante efecto: proporcionalmente, votarían más Gaviristas que "U"ribistas, en medio de una gran abstención. Una sorpresa que, aunque bien podría revertirse en el caso de una segunda vuelta por los nuevos estímulos que supondría tal situación, no sería poca cosa. Sólo es un escenario de entre muchos posibles, pero vale la pena tenerlo en cuenta.


viernes, mayo 19, 2006

¿Quién Tumbó a Quién?

La Corte Constitucional acaba de darle un giro inesperado a la Ley de Justicia y Paz, un giro que les está haciendo pensar a los paramilitares que el gobierno les incumplió, es decir, que los tumbaron.

Una reacción bastante lógica. Parece que, entre otras cosas, ya no van a poder evadir las penas por las que anteriormente han sido condenados, ya no les tendrán en cuenta su tiempo en el "Hotel Ralito", ya no van a poder sufrir de amnesia cuando declaren sus crímenes ante los jueces, ya no podrán salvar buena parte de sus fortunas aduciendo que sean aparentemente lícitas, y ya no podrían marginar tanto a las víctimas del proceso por adelantado.

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Ante ese panorama, gritos como los del señor Báez no sorprenden a nadie, ni tendrían porqué. Pero, valdría la pena preguntarse, ¿realmente quién tumbó a quién? ¿El gobierno a los paramilitares al ofrecerles condiciones excesivamente flexibles que ahora no les puede garantizar, o los paramilitares a la sociedad, al exigir grandes concesiones a cambio de sólo una parte de la necesaria verdad, justicia y reparación, sin siquiera garantizar el cese total de sus operaciones y crímenes?

No encontraron el equilibrio apropiado entre paz y justicia, y ahora están pagando las consecuencias. Irónicamente, con las modificaciones de la Corte el proceso ha quedado moribundo pero, al mismo tiempo, la "mejorada" Ley de Justicia y Paz ha sido fortalecida frente a cualquier posible reclamo legal nacional o internacional que se le quisiera hacer. Desafortunadamente, quizás nunca se llegue a aplicar por falta de interesados (ni siquiera les gustará a la guerrillas), a menos que el gobierno decida "desmejorarla" con urgencia.


jueves, mayo 18, 2006

El Ying Yang Cocalero

Después de 10 años, vuelven los cocaleros. No es que se hayan ido, pero alrededor de algunas de las protestas que se están dando en el sur del país puede verse la presencia de cocaleros. Algo que no se puede ignorar, a pesar de que Colombia no es Bolivia, donde el presidente actual ha llegado a ser el dirigente cocalero Evo Morales. Lo que hace buena parte de la diferencia es que la mayoria de los miles de cocaleros colombianos han asumido una actividad hoy ligada al narcotráfico como una necesidad económica, no por una tradición cultural milenaria de orígen indígena.

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Siendo así, no se puede negar que esas marchas tengan un totalmente justificable componente de protesta popular, pero vemos también que en cierto grado han tenido alguna instrumentalización por parte de las FARC. Lo uno no niega lo otro, el ying no niega el yang, porque ambos lados de la moneda están presentes y sería irresponsable no ver toda la complejidad del caso, por querer criminalizar toda la protesta o solidarizarse con la misma.

Leer

Empiezo por decir que lo de las FARC no es simple paranoia "U"ribista. Para la muestra un botón: Se ha revelado un grafitti actual en la zona de las marchas, que hace alusión al llamado Movimiento Bolivariano de "Alfonso Cano" y sus secuaces. Otro: En 1996, un campesino fue capaz de decir que "nos obligaron a marchar voluntariamente", lo que deja ver que sí hubo alguna presión armada de las FARC para motivar sus marchas, más allá de su voluntad. Y uno más: En 1997, el líder campesino Abelardo Tejada Durán fue asesinado por las FARC, quienes lo acusaron de haber sido "gobiernista" durante las negociaciones de los cocaleros con el gobierno.

Nada de lo anterior hace a los cocaleros (ni a los otros) meros peones guerrilleros, como tal vez quisieran denunciar algunas autoridades, pero es que ellas nunca ven más allá de la criminalización que requiere el uso de la fuerza policial. Esa es una visión superficial, pues esas marchas son multipropósito: les pueden servir justamente a los participantes, pero también a los intereses de las FARC que se mueven entre bastidores.

Por un lado, existen reclamos que responden a una vieja traición. En 1996, con sus movilizaciones los cocaleros llegaron a acuerdos sobre desarrollo alternativo con el (des-)gobierno de Ernesto Samper Pizano, que evidentemente no se cumplieron y que desde entonces han quedado en el limbo. Por el otro, las FARC mantienen un claro interés en minimizar su perfíl criminal-armado y maximizar su lado "socio-político" ahora que estamos en época de elecciones.

Tampoco podemos olvidar que en La Macarena, donde está en marcha un ambicioso programa de erradicación manual que también ha enfrentado críticas y obstáculos, hay un bastión donde las FARC hasta tienen sus propias tumbas. Entonces, ¿qué mejor que "invitar" a los colombianos en general a votar, y a los de sus zonas de influencia a marchar? Y si el estado los recibe a bolillo y bala, mejor para ellos, pues se ganan su simpatía y canalizarán su odio.

Debo recordar que en el pasado he sido crítico de la fumigación aérea, por razones tanto sanitarias como ecológicas y diplomáticas, pero no tengo ninguna de esas objecciones contra la erradicación manual, que debe continuar ya que es definitivamente un método menos perjudicial. Otra cosa es que el estado tiene que dejar de criminalizar automáticamente a las protestas y a los cocaleros, en vez de brindarles reales alternativas para que no cultiven más coca, sin olvidar que es cada vez más necesario abrir un debate profundo sobre la (in-)conveniencia nacional de las políticas prohibicionistas mundiales.

Pero al mismo tiempo no se debe dejar que las FARC aprovechen impunemente las coyunturas electorales y las movilizaciones con causas justas para sus propios fines politico-militares. Debe encontrarse la manera de lidiar apropiadamente con ambos aspectos de la situación porque, si dejamos a un lado cualquiera de las partes del problema, nos va a salir muy caro a todos.



miércoles, mayo 17, 2006

Qué Pena Me D.A.S.

Algo tardíamente, pero creo que vale la pena volver a hablar un poco sobre el tan cuestionado DAS (Departamento Administrativo de Seguridad). Esa institución tan poco popular entre los colombianos, pero paradójicamente tan colombiana.

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¿Porqué lo digo? Porque lo del DAS no se trata sólo de un problema de ahora, uno de esos que se solucionarían fácilmente si Álvaro Uribe se va a mejor vida éste año, aplicando el complejo de Adán en el sentido inverso.

Es claro que hoy estarían involucrados bastantes instituciones y personalidades, pero la realidad va allá de la suerte de los Nogueras, Garcías y la del mismo Uribe. El del DAS es un problema que han compartido muchísimas personas a lo largo de la historia de Colombia. Presiento que demasiadas, quizás, como para querer llevar la cuenta.

Suficientes como para apenarse del DAS que tenemos, sin duda, pero también de nuestra Colombia entera. No es el DAS quien tiene prisonera a Colombia, como dicen algunos, sino es el DAS quien es prisionero de la Colombia que tenemos. El DAS no es sino una institución más, ni más ni menos, no el orígen de todo mal.

El DAS actual es hijo de la polarización y el odio que han permeado por décadas a la institucionalidad colombiana, y no son nada nuevas las denuncias de espionaje, paramilitarismo, fraude, tortura y violencia que hoy lo afectan. Si serán todas ciertas o apenas algunas de ellas es algo que desconocemos, pero la situación no dejará de ser grave.

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No es díficil entender que las estructuras del DAS y de la comunidad de inteligencia de por sí no ayudan a la transparencia de su funcionamiento y de las investigaciones que quieran penetrarlas. Ambas conforman una red lo suficientemente compleja como para fomentar la existencia y proliferación de actitudes y acciones cuestionables, sin que haya el debido control judicial y legal.

En parte, eso es propio de las agencias de inteligencia: el estar al borde de la ley, cuando no en franca violación de la misma en cuanto el deber lo requiera. Todo eso se oculta, por regla general, pero es un secreto a voces. Eso sí, no es ningún monopolio colombiano.

Pero a la vez es algo que sí está ligado íntimamente a una Colombia y a unas instituciones carcomidas por el cáncer del odio y del egoísmo, que aumentan la corrupción y la violencia. No se salva de ese cáncer ni el estado y sus instituciones, ni los diferentes actores extra-estatales. No se trata de hacer un catálogo de señalamientos mutuos, pues sería interminable y al mismo tiempo bastante inútil al estar lleno de especulaciones y más de una calumnia. Se trata de aceptar que el DAS no es más que un ejemplo representativo de un conjunto mayor: Colombia.

No por ello se debe dejar de exigir la verdad, de exigir justicia. El gobierno de Uribe debería responder y asumir las responsabilidades que implique la penetración paramilitar del DAS por "Jorge 40" y compañia, además de lo que ha sucedido en otras entidades. No se debería pasar de agache, de acuerdo, pero hay que saber dónde estamos parados, y no es "ad portas" de ningún paraíso terrenal.

Por lo tanto, no tiene sentido pedir que se arme una hoguera para quemar todo el DAS, a la manera de ciertos patrones del pasado. Mientras no haya una ruptura en la sociedad que acabe con el odio, como lo sería por ejemplo el fin de nuestra actual confrontación armada, no sirve de nada un cambio meramente gubernamental o burocrático en el DAS. Hay que hacer más que eso. Si no, los problemas no se habrán quemado, sino que renacerán de sus cenizas y simplemente pasarán a otra entidad, en el mejor de los casos.

Es enteramente posible que el DAS pueda depurarse algo hoy, mañana o pasado. Pero el tener o no un DAS más limpio, al lado de muchas instituciones todavía débiles en una Colombia muy vulnerable al odio (sea anti-comunista o marxista-leninista), no es más que cambiar el color y la marca de las cadenas que nos apresan. Cadenas que nosotros mismos hemos fabricado, creyendo que así algún día las vamos a romper.



martes, mayo 16, 2006

Todos Quieren el Intercambio y la Paz

Tal cual. Con tanto pacifismo de labios para afuera, a veces uno se pregunta porqué será que seguimos en las mismas, en la misma guerra y con los mismos secuestrados.

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No sólo era cosa de Álvaro Leyva eso de estar hablando de tener las llaves de la paz para abrir el candado humanitario, tampoco de Carlos Gaviria y Horacio Serpa. Sin olvidar demasiado a Mockus, Parejo y Rincón, por supuesto.

Por eso pienso que, en realidad, a nadie debería sorprenderle que todos hablen de eso. Ni el reciente anuncio del presidente Uribe sobre la posibilidad, ante un gesto de paz de las FARC, de despejar una zona aún mayor que la propuesta anteriormente por Francia, España y Suiza. Él tampoco ha rechazado nunca ni el intercambio humanitario ni, en su debido momento, la firma de la tan esperada paz entre los colombianos.

¿Porque, para qué más puede servir el clamar por un intercambio humanitario, si no es para llevarnos a la paz? Precisamente, ahí está el detalle: a todos les sirve para muchas cosas, al igual que la paz.

Leer...


Como todos quieren el intercambio y la paz, todos compiten por llevarse esa bandera, no tanto por su valor intrínsico sino por obtener de ella los mayores beneficios, por darle el mejor uso para sus propósitos. No sólo electorales, sino también personales, ideológicos o inclusive estratégicos de cada uno de los candidatos.

Pero que se realice el intercambio no es, a pesar de lo que ya han dicho varios candidatos, algo que dependa sólo de la voluntad del gobierno y del eventual Presidente. Podría llegar a serlo en determinado momento, pero también depende, y mucho, de lo que quieran las FARC.

Y, claramente, tampoco podríamos excluir a los demás actores armados del análisis. La paz y sus instrumentos nunca han sido de uso exclusivo de las ahora temporalmente pro-electoreras FARC, ni del lento explorador ELN o los desubicados paramilitares de las ex-AUC. Ninguno ha dicho de plano que rechaza la paz, o en su defecto que se oponga a devolver a los secuestrados en poder de las FARC, o en el suyo mismo, a la libertad. Pero todo sigue igual.

Con ésto no quiero dar a entender que haya o no, en más de una de las personas o agrupaciones mencionadas, intenciones y deseos reales, serios anhelos de devolver a todos los secuestrados, o de llevarnos a todos a la paz. Que los hay, los hay, seguramente...pues no soy juez para negar o afirmar de plano su existencia, en mayor o menor grado.

Pero esos sentimientos parecen siempre ser secundarios ante las demandas de la coyuntura y de la estructura, tanto táctica como estratégica de las FARC y los demás actores armados. De otra forma, no se explicaría porque, cuando no se puede llegar ni a un intercambio ni a la paz, si no es culpa de uno de ellos, termina siendo culpa del otro. Los detalles cambian, pero la realidad fundamental permanece, sea quien sea el Presidente de la República.

A la hora de la verdad, todos los lados escurren el bulto, inclusive los gobiernos, en cierta medida. No siempre de la misma manera, no en la misma proporción, no con la misma responsabilidad, pero sí con el mismo resultado: Ni hay intercambio, ni hay paz. Y ni aún con intercambio, nada puede garantizar que eso nos llevaría a la paz. Algo más tiene que cambiar, no sólo en el discurso, sino en la voluntad real de todos los implicados.

No veo que el anuncio de Uribe realmente altere esa lógica, así como tampoco veo que su eventual victoria o derrota en las urnas tenga que ser o la octava maravilla del mundo o la más cruel tragedia, en materia del intercambio humanitario y de la paz. Más bien, lo que veo es que el status quo seguirá imperando en cualquiera de los posibles escenarios, al menos a corto plazo.



lunes, mayo 15, 2006

Gaviria: "Sin Uribe, No Hago Debate"

Esperando todavía los resultados del llamado referendo que no tendrá nada que envidiarle al real a la hora de la verdad, hagamos algo de análisis de la actualidad en lo que nos queda de la semana. ¿Qué es lo peor que podría pasar, me pregunto? Tal vez sería mejor despedirse sin estilo pero con contenido, que vice versa. No lo sé.

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Pero lo que sí sé es una cosa: No es coincidencia que diga lo anterior, ahora que veo lo que va a hacer el candidato del Polo Democrático Alternativo, Carlos Gaviria Díaz, quién desde ya anuncia (con mucho estilo pero poco contenido) su retiro de los debates y foros presidenciales mientras Álvaro Uribe no se le ponga enfrente.

Leer...

Me parece muy mal, doctor Gaviria. Se supone que un hombre como usted, intelectual y respetable como muchos dicen que es, debería precisamente esforzarse por marcar una diferencia permanente. No verse tentado a imitar, así sea desde otra perspectiva, algunos de los vicios y defectos del candidato-presidente, quien ha evadido sistemáticamente los debates. Es decir, el egoísmo, el orgullo y el complejo de Adán que ello implica.

No encuentro justificación para argumentar que: "Consideramos que las controversias públicas exclusivamente entre los demás candidatos, tienen un interés significativamente menor". De ninguna manera. No tendrán el interés que tendrían los debates contra Uribe, sobre todo para nosotros los que nos aburrimos fácilmente. Pero su valor intrínsico sigue existiendo, y más aún si el doctor Gaviria se quiere seguir dando a conocer, algo necesario si supuestamente un gran porcentaje de los colombianos (44) todavía no lo conoce siquiera.

Y menos voy a estar de acuerdo, si enseguida dice que: "sobre todo si se tiene en cuenta que esa situación ha sido creada deliberadamente por la campaña del doctor Uribe en beneficio de su candidato y en detrimento de nuestra incipiente democracia".

No veo que Gaviria, ahora mismo, esté actuando "no deliberadamente" y "en beneficio de nuestra incipiente democracia" al renunciar así a los debates. Porque tampoco veo que sea un acto espontáneo el que decida retirarse de los debates ahora, cuando algunas encuestas empiezan a señalarlo como segundo en la intención de voto de los colombianos.

O sea que si el candidato-presidente escapa de los debates porque cree tener la victoria asegurada, ahora Gaviria hace lo propio en su debida proporción, porque sin Uribe no cree que vaya a ganar más puntos, al haber superado a los demás contrincantes. ¿No que "somos mucho más que dos"?

Antes de que venga el coro: No soy un "fascista anti-gavirista", de verdad que no para que lo sepan, pero si así va a cerrar su campaña...no es un buen presagio.



domingo, mayo 14, 2006

Referendo: ¿Cesará La Horrible Noche?

Les parecerá a algunos una pregunta algo extraña, una patada de ahogado en cierta forma, pero considero que vale la pena hacerla, ahora que he encontrado algo de calma y tiempo libre.

A medida que la campaña electoral se ha ido poniendo al mismo tiempo más polarizada y más aburrida, he empezado a preguntarme si valdría la pena revivir éste blog (sea aquí o en otra parte, también en "obra negra"). O si, como algunos desean que hiciera el candidato Horacio Serpa, debería simplemente desistir cuando aún hay tiempo, porque la tercera bien podría no ser la vencida.

No es un secreto para nadie que el presente blog nunca se caracterizó, ni siquiera en su mejor momento, por tener alto reconocimiento o publicidad, con excepciones momentáneas. En parte por falta de esfuerzos del autor pero, de hecho, sospecho que algunas de las posiciones que en él se han asumido también habrían ayudado a ello.

Por ejemplo, que el contenido blog en su conjunto trató de evitar "casarse" ideológicamente tanto con los uribistas como con los anti-uribistas. Eso no ha cambiado. Hoy tampoco podría aspirar a "casarse" ni con los Gaviristas ni con los "U"-ribistas, para bien y para mal. Lo que, por raro que pueda sonar, me hace dudar sobre la conveniencia de un blog como lo fue alguna vez La Horrible Noche.

Hoy, en el actual ambiente político, eso podría llevar a que se me acuse de apoyar secretamente ya sea al "fascismo disfrazado" y/o al "comunismo disfrazado", según lo implique el tema. Y francamente, en esas condiciones quizás hasta se pase de la simple acusación a algo más perverso. Quizás eso no sea más que paranoia, pero creo que aún en la paranoia se ocultan algunas verdades, de cuando en cuando.

Por eso, sinceramente quisiera saber qué destino consideran los (¿pocos?, supongo) visitantes que debería tener La Horrible Noche: ¿Cesar o Continuar? Naturalmente, eso significa que voy a acatar la decisión (o la abstención) resultante, sea la que sea, durante la semana que comienza. Ustedes tienen la palabra.

Edición: La encuesta ha sido colocada en la parte superior derecha del blog.



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