LA HORRIBLE NOCHE

Y mientras tanto, en Santa Fé de Ralito....hablan los paras, golpeando la mesa con su garrote, de nuevo con el tono envalentonado que es usual en ellos (lo raro, por supuesto, es que hablen con calma y serenidad...como difícil hacerlo con un fusil al lado de la silla).

Y otra vez más, porque la mesa tiembla, varios de los asistentes entran en crisis nerviosa, diagnosticada por los expertos como una "caguanitis" aguda. Y no sobraría recetarles a todos unos calmantes, para que no panda el cúnico, porque es que el debate sobre la "justicia y paz" (¿qué no era "justicia, verdad y reparación" o algo parecido?) sigue dividiendo a los aliados del mismo gobierno, lo cual de por sí nos muestra bastante sobre el enredo en que sigue aquel tema entre los href="http://semana.terra.com.co/opencms/opencms/Semana/articulo.html?id=85876">congresistas.

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Tal será la confusión, que mientras que Antonio Navarro del Polo Democrático es capaz de señalar que "ningún proceso de paz en el mundo ha terminado con los desmovilizados en la cárcel" (posición al parecer personal y no de toda su agrupación política), la ONU considera que varios cambios introducidos en proyecto no son aconsejables, Germán Vargas Lleras golpea la mesa (sin garrote, claro), el Comisionado de Paz guarda un hermetismo inusual, y la Iglesia, que tanto protagonismo mediático ha tenido últimamente, opina por medio de sus monseñores (curiosamente, no sólo sobre éste tema, sino también sobre la Comunidad de Paz en Apartadó). Mejor dicho, es que hasta los micos y los pastranistas pescan en todo ese río revuelto.

Para que no terminen (y terminemos) todos en un manicomio, alguien con autoridad (¿pero quién?), un mediador, tiene que pedirle a todos los protagonistas de ésta novela que se tomen la medicina a tiempo, que mejoren el ánimo, y que se dejen ya de tanta pendejada, por el bien propio y el del país.

Si no es así, entonces es posible que se llegue a recurrir una vez más al tratamiento de choque, como fuera la norma en nuestro pasado reciente, pero eso no suele desembocar en algo positivo, y tiene altas probabilidades de terminar dejando graves secuelas físicas y psicológicas en los pacientes.

No. Lo que habría que conseguir es que los interesados discutan abiertamente, cara a cara, todo lo que tengan que discutir, sin necesidad de estar gritando e insultando al otro, preferiblemente con sinceridad y honestidad. Hasta no sería mala idea implementar una terápia de grupo para lograrlo, así fuera una especie de consejo comunitario para la paz, o qué sé yo. Lo que me preocupa es que la falta de comunicación (y la mala comunicación) tienen que solucionarse a tiempo, antes de que los síntomas de la "caguanitis" empeoren. ¿Será posible encontrar la solución? Ojalá.

Mientras eso se logra, por lo menos hay algunas noticias positivas desde el quirófano nacional, como el que se hundiera la propuesta de un absurdo jubileo universal para todos los presos del país, porque, ¿acaso qué es lo que habríamos de celebrar? ¿La visita del presidente Uribe a China y Japón? ¿La debacle política del vecino del sur? ¿Las compras de juguetes del vecino del este? ¿El próximo cónclave papal? ¿Los 300 goles de Aristizábal? ¿La clasificación por inercia de la Selección Colombia Sub-17?

Es cierto que el asumir una actitud optimista y positiva frente a la vida suele ser una buena medicina para contrarrestar el estrés, la depresión y la tensión, pero recurrir a las borracheras ya sería un abuso.