LA HORRIBLE NOCHE

Ya en éstos días empiezan a perfilarse un poco más los dos lados que van a enfrentarse en la titánica contiende que serán las elecciones del 2006 (tanto parlamentarias como presidenciales). Mejor dicho, todo un "desafío electoral 20-06", con transmisión televisiva incluida.

En una esquina, el Polo Democrático está tratando de crear una coalición (o colación, que también cabe) con Alternativa Democrática y bastantes personalidades del (más que un partido, un "repartido") Partido Liberal (Horacio Serpa y Piedad Córdoba, los más visibles pero no los únicos). Lo que llaman una "Gran Coalición Democrática" (dudo mucho que el nombre les dure, es demasiado pomposo).



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Enfrentados a ellos, en la otra esquina, la "Gran Coalición Uribista" trata de reunir parcialmente su dispersión alrededor de Juan Manuel Santos (recién desertado de las filas Liberales), pero también hay que incluir al Partido Conservador (que busca conservar lo poco que le queda de Partido), las fracciones uribistas del Congreso, y la Patria Nueva de Turbay (que nadie sabe concretamente para qué servirá a la larga, pues de "nuevo" no tiene nada ese señor).

Con tantos y tan poderosos personajes metidos en la pelea (más los que opinan aunque estén muertos políticamente), con tantas alianzas de última hora y con tantas rivalidades internas, va a estar muy dura la pelea, parece como para alquilar balcón...pero, a fin de cuentas, ¿qué pensarán de tanto enredo la opinión pública y los votantes?

Tanto oportunismo puede ser bueno a la hora de aparecer en fotos y en seminarios, pero no hay (todavía) una verdadera profundidad ideológica detrás de todo ésto. Un vago "anti-uribismo" se enfrenta a un "uribismo" aún más difuso. La flexibilidad es total, la solidez es nula. Que viva el momento, el futuro lo dejaremos para después. ¿A quién escoger entonces como congresista, como alcalde o, más aún si se cae la reelección, como presidente?

Porque empieza un duelo, sí...pero casi que es un duelo de Frankensteins, de muñecos de trapo, si las cosas no cambian, si no aparecen definiciones reales y no se le otorga algo de disciplina y de contenido a toda ésta confusión, aunque, en todo caso, será interesante su resultado final, cualquiera que ese sea.