miércoles, noviembre 09, 2005
Garantías en la Mira
La semana actual parece que contendrá varios eventos de bastante importancia para lo que en estos días se conoce como las garantías, tanto las puramente electorales como las de seguridad.
Se rumora que la Corte Constitucional emitirá un fallo positivo pero modulado (es decir, donde el contenido se modificará en aras de adaptarlo a la Constitución sin necesidad de devolverlo al Congreso) sobre la Ley de Garantías que debería regir en el 2006. Supuestamente ha surgido el tema de las garantías que tendrían que tener no sólo los demás aspirantes sino también el presidente-candidato. Algo que les ha parecido insólito a algunos, indiferente a la mayoría y lógico a otros: ¿Acaso la ventaja inicial que tiene un determinado presidente anula el que en otros sentidos pueda estar en desventaja?
Yo pienso que no, ambas realidades pueden coexistir, no se excluyen entre sí. ¿Quién dijo que sí lo hacen? Nadie. Claro que ahora ya se empieza a decir que la Corte ha sido comprada por el ejecutivo desde el fallo de la reelección, que se ha vuelto uribista, y mil cosas más...como si no importara que en muchos otros asuntos la Corte ha fallado y va a fallar en contra del interés gubernamental (¿les suena la palabra "aborto"?). Me perdonarán, pero yo no creo que la Corte tenga que ser uniformemente antiuribista o uribista para ser respetada. O todos en la cama, o todos en el piso, como se dice vulgarmente.
Leer...
Y al mismo tiempo, abordando otro aspecto de la cuestión, ayer en la noche se denunció un posible plan para asesinar a tres personajes de la izquierda legal (Gustavo Petro, Wilson Borja, y Carlos Lozano), de parte de un sector de las AUC (el de los "inconformes" donde extrañamente estaría metido gente al mando del "Don", según Petro). No estoy seguro sobre la realidad que exista detrás de todos los detalles específicos (¿"Don Berna" personalmente se aburrió de Itagüí, quiere irse ya para un hotel en Miami, con todo y gastos pagos de por vida?), pero aparece una pregunta lógica: ¿No es eso una muestra de la falta de garantías de seguridad? Claro que lo es, pero además eso nos reitera un viejo dilema casi sin solución posible, uno que es una bomba de tiempo.
Estamos en un país en guerra y mientras existan grupos armados no van a existir garantías de seguridad perfectas, ni en el 2006 ni nunca, ni con el presidente Uribe ni con el presidente Serpa o acaso el soñado clon de Chávez de algunos (menos aún quizás, en ese último caso, según soplan los vientos...). Ni siquiera los candidatos y políticos uribistas las tienen. En resumen, los políticos y sus bases desde hace rato que ya están en la mira no sólo de los paramilitares y de las mafias, sino que nunca han salido de la lista guerrillera de "objetivos militares". Si el gobierno intenta proteger a todos dentro de sus posibilidades pero fracasa, el esfuerzo por implementar las demás garantías será considerado como inútil y hasta hipócrita, a pesar de que estadísticamente disminuyan los riesgos.
Pero si el gobierno no hace nada y deja cada quien a su suerte, igual lo van a culpar de lo que suceda y por ser negligente. ¿Qué hacer? No hay soluciones fáciles, y todavía nos ha quedado por considerar a profundidad los tradicionales efectos del clientelismo, de la burocracia excesiva y de la corrupción propios no sólo de nuestro país sino de casi toda la región, en tal o cual proporción.
De mi parte, por ahora considero que hay que exigirle una aplicación seria de todas las garantías tanto electorales como de seguridad al gobierno y a la oposición (quien recibe debe dar y vice versa), y estar preparados para lo que se nos vaya a venir encima a todos los colombianos en caso de que la violencia vuelva a levantar su oscuro rostro, como se ha vuelto triste costumbre aquí. Quisiera ser más optimista, pero no creo que sea posible mientras persistan los rasgos característicos de nuestra situación a mediano plazo.
Se rumora que la Corte Constitucional emitirá un fallo positivo pero modulado (es decir, donde el contenido se modificará en aras de adaptarlo a la Constitución sin necesidad de devolverlo al Congreso) sobre la Ley de Garantías que debería regir en el 2006. Supuestamente ha surgido el tema de las garantías que tendrían que tener no sólo los demás aspirantes sino también el presidente-candidato. Algo que les ha parecido insólito a algunos, indiferente a la mayoría y lógico a otros: ¿Acaso la ventaja inicial que tiene un determinado presidente anula el que en otros sentidos pueda estar en desventaja?
Yo pienso que no, ambas realidades pueden coexistir, no se excluyen entre sí. ¿Quién dijo que sí lo hacen? Nadie. Claro que ahora ya se empieza a decir que la Corte ha sido comprada por el ejecutivo desde el fallo de la reelección, que se ha vuelto uribista, y mil cosas más...como si no importara que en muchos otros asuntos la Corte ha fallado y va a fallar en contra del interés gubernamental (¿les suena la palabra "aborto"?). Me perdonarán, pero yo no creo que la Corte tenga que ser uniformemente antiuribista o uribista para ser respetada. O todos en la cama, o todos en el piso, como se dice vulgarmente.
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Y al mismo tiempo, abordando otro aspecto de la cuestión, ayer en la noche se denunció un posible plan para asesinar a tres personajes de la izquierda legal (Gustavo Petro, Wilson Borja, y Carlos Lozano), de parte de un sector de las AUC (el de los "inconformes" donde extrañamente estaría metido gente al mando del "Don", según Petro). No estoy seguro sobre la realidad que exista detrás de todos los detalles específicos (¿"Don Berna" personalmente se aburrió de Itagüí, quiere irse ya para un hotel en Miami, con todo y gastos pagos de por vida?), pero aparece una pregunta lógica: ¿No es eso una muestra de la falta de garantías de seguridad? Claro que lo es, pero además eso nos reitera un viejo dilema casi sin solución posible, uno que es una bomba de tiempo.
Estamos en un país en guerra y mientras existan grupos armados no van a existir garantías de seguridad perfectas, ni en el 2006 ni nunca, ni con el presidente Uribe ni con el presidente Serpa o acaso el soñado clon de Chávez de algunos (menos aún quizás, en ese último caso, según soplan los vientos...). Ni siquiera los candidatos y políticos uribistas las tienen. En resumen, los políticos y sus bases desde hace rato que ya están en la mira no sólo de los paramilitares y de las mafias, sino que nunca han salido de la lista guerrillera de "objetivos militares". Si el gobierno intenta proteger a todos dentro de sus posibilidades pero fracasa, el esfuerzo por implementar las demás garantías será considerado como inútil y hasta hipócrita, a pesar de que estadísticamente disminuyan los riesgos.
Pero si el gobierno no hace nada y deja cada quien a su suerte, igual lo van a culpar de lo que suceda y por ser negligente. ¿Qué hacer? No hay soluciones fáciles, y todavía nos ha quedado por considerar a profundidad los tradicionales efectos del clientelismo, de la burocracia excesiva y de la corrupción propios no sólo de nuestro país sino de casi toda la región, en tal o cual proporción.
De mi parte, por ahora considero que hay que exigirle una aplicación seria de todas las garantías tanto electorales como de seguridad al gobierno y a la oposición (quien recibe debe dar y vice versa), y estar preparados para lo que se nos vaya a venir encima a todos los colombianos en caso de que la violencia vuelva a levantar su oscuro rostro, como se ha vuelto triste costumbre aquí. Quisiera ser más optimista, pero no creo que sea posible mientras persistan los rasgos característicos de nuestra situación a mediano plazo.
Para reclamos penales, favor no contacte al autor. Seguramente se le practicará la abstención activa.
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