viernes, julio 29, 2005

Coca por Plata


Quizás sea un alivio que la reciente y controvertida propuesta del Presidente de la República ante los campesinos y cocaleros haya terminado quedando prácticamente en nada, después de que el mismo presidente y otras autoridades le "bajaran el tono", siendo reducida a la simple y tradicional modalidad de la recompensa a cambio de información sobre la ubicación de los cultivos.

Image Hosted by ImageShack.us

Si bien podría considerarse que la propuesta era original, como han reconocido algunos, en cuanto a que representaba un cambio de concepción frente a la campaña estandarizada de erradicación y fumigación (casi) indiscriminada que se ha venido aplicando en buena parte del territorio nacional, no dejaba de plantear serios interrogantes, cuya respuesta probablemente no había sido contemplada a la hora de realizar las declaraciones originales.

Mejor dicho, quizás nos ahorramos un problema más (como si no tuvieramos suficientes ya).

Leer...

¿Quién iba a monitorear efectivamente que los campesinos cumplieran con el compromiso de no volver a cultivar la droga, abierta o secretamente? Desgraciadamente, cuando hoy en día las promesas verbales tienen mucho menos valor que antes, ni siquiera un contrato escrito sería suficiente garantía de cumplimiento.

¿De dónde iba a salir todo el dinero para realizar los giros necesarios? Porque, si ese programa hubiese tenido una acogida importante, le saldría bastante caro a las arcas estatales, que no están muy bien que digamos con todo y que exista cierta estabilidad económica en éste momento.

¿Cómo reaccionarían los narcotraficantes, los grupos irregulares y sus intermediarios ante la propuesta, y qué rumbo tomaría el precio de la coca en los mercados internos y externos (quizás subiría notablemente)? No hay que subestimar la creatividad y capacidad de adaptación de éstos sujetos al margen de la ley para aprovecharse de semejante oportunidad, no sólo para enriquecerse a cualquier precio, sino también para difundir más destrucción e intimidación a lo largo del territorio nacional.

¿No sería una propuesta contraproducente, ante los ojos de varios agricultores legales, quienes en su mayoría no se ven beneficiados por programas de protección o de estímulo equivalente al que, así fuera "por una sola vez", recibirían los cocaleros? Más de uno sentiría la tentación de acogerse temporalmente al programa, simplemente para recibir unos pesos de más.

Y, tal vez lo más crítico, ¿será que con el desembolso único de una cantidad fija de dinero como recompensa se podría realmente impedir que los cultivadores vuelvan a sentir la necesidad económica de recurrir a la coca? No lo creo.

Para eso habría que masificar un programa de incentivos alternativos, lo que sería aún más caro y logísticamente complicado (aún si hubiera voluntad nacional e internacional para implementarlo, porque hasta ahora apenas se ofrecen ayudas simbólicas).

En todo caso, lo que podría rescatarse de ésta pequeña y transitoria polémica es que, para bien o para mal, parece que cada vez es más posible discutir alternativas, tanto mejores como peores, que nos sirvan para enfrentar el delicado dilema que suponen los cultivos ilícitos y sus complicadas consecuencias. Un dilema que, en más de 20 años de política antidrogas, no ha sido resuelto satisfactoriamente. ¿Cúando lo haremos?





<< Home
Para reclamos penales, favor no contacte al autor. Seguramente se le practicará la abstención activa. Cualquier otro tipo de comentario o sugerencia será, por supuesto, bienvenido. Copyright © 2004 - 2005. Algunos derechos reservados por el autor bajo Creative Commons.