lunes, mayo 23, 2005

Viajar al Futuro (I)


Siguiendo a Foucault, quien le sugería a un servidor "hablanos sobre un posible futuro de Colombia en 50 años", intentemos entonces observar uno de los posibles panoramas que nos depararía el futuro dentro de medio siglo, hacia 2055.

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Desde luego, para hacerlo quizás habría que entrar un poco en terrenos literarios y especulativos, pero eso está bien...al fin y al cabo de aquello están hechas las profecías clásicas y los análisis políticos modernos, tanto las que se cumplen como las que no, y sólo la historia habrá de emitir un juicio al respecto. Sea para bien, sea para mal.

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Que no se entienda que el escenario futuro presentado a continuación sería el deseado por éste servidor, porque no es así. ¿Qué gracia tendría eso? Además, hay infinidad de caminos abiertos ante nosotros; los que son positivos, los negativos, los intermedios, los que no son ni lo uno ni lo otro...en fin, demasiados como para explorarlos todos en tan poco espacio y tiempo. Aún así tomemos alguno de ellos, quizás no el más probable, pero tampoco el menos interesante, y veamos hacia dónde nos ha de llevar.
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Entremos al 2055 por el terreno político, el que más resalta a simple vista aunque muchas veces sea el más frívolo y no nos deje ver otros aspectos. La reelección, que había sido declarada inconstitucional en 2005, sólo se reestableció en 2038. El uribismo sufrió cambios radicales, por haberse fraccionado y por haber perdido las elecciones de 2006, 2014 y 2022, a las que llegó unido mientras aún vivía su líder e inspirador, quien hubo de exiliarse por largos períodos debido a las amenazas contra su vida.

Lo que ha quedado del uribismo se ha divido en tres segmentos principales: Apertura Liberal, Patria Nueva y Cambio Radical, que juntos conservan una significativa pluralidad de la representación electoral en el Congreso, algunas veces alcanzando la presidencia de la nación por medio de coaliciones con otros sectores, pero pocas veces logran ponerse de acuerdo y suelen estar en minoría a la hora de votar proyectos clave.

El Partido Conservador casi no existe electoralmente, aunque ese nombre sintoniza a un reducido número de nostálgicos Pastranistas, Alvaristas y Holguinistas que se identifican con ese histórico grupo de políticos. Pero su momento ha quedado atrás para siempre, no ha hecho parte de las coaliciones de gobierno dentro del sistema parlamentario que se instauró en la Constituyente del 2038.

El Nuevo Partido Liberal, reunificado desde las épocas del regreso de César Gaviria, y luego en el poder tras las posteriores presidencias de Horacio Serpa, Rodrigo Rivera, Juan Manuel Santos, Enrique Peñalosa y Alfonso Gómez Mendez, entre otros, es la primera fuerza electoral del país desde 2014. Pero no ha sido inmune a los cambios, a tal punto que se habla de la necesidad de una segunda reunificación en 2055, cuando gobierna con un curioso programa de centro-derecha en lo económico y de centro-izquierda en lo social, aunque también lo ha hecho en coaliciones de izquierda-izquierda con la Alternativa Democrática Independiente, que no ha llegado al poder pero es pieza clave en las decisiones políticas.

Eso ha sido posible porque, tras la sorprendente muerte de Ingrid Betancourt en cautivero hacia el 2012 , el posterior intercambio humanitario de 2013, la elección de figuras de izquierda como alcaldes de Bogotá, Cali y Medellín desde el 2010, la reinserción de varias agrupaciones guerrilleras hacia 2033, más los cambios demográficos que han elevado la población a 70 millones, le han dado a dicha coalición un impulso electoral considerable en las regiones recientemente urbanizadas del noroeste y suroeste del país.

Varios de los antiguos paramilitares, de los 11.000 que se desmovilizaron del total de 15.000 a 18.000 en el 2005, forman parte de minipartidos "independientes", siendo pocos los jefes que han conseguido éxitos duraderos en la legalidad. Después de que algunos, como Salvatore Mancuso y Ernesto Báez, inicialmente exitosos en la política en facciones nominalmente uribistas, fueran extraditados a los Estados Unidos y/o a la Corte Penal Internacional en el 2015, se dió un escándalo que causó que volvieran a rearmarse entre 2.500 y 4.000 paramilitares bajo las VAC (Verdaderas Autodefensas de Colombia) al año siguiente.

El sangriento desgaste de la década posterior a 2016, "la década maldita", y la caída del narcotráfico como fuente de ingresos a partir de 2029, los ha convertido en contrabandistas y secuestradores sin derechos políticos, y es difícil pensar en una nueva reinserción de las sobrevivientes VAC.

Después de las escaladas de 2008, 2012, 2015, 2020, 2026 y 2028, las agrupaciones más tradicionales de las FARC-EPLN, como el Bloque Sur y el Bloque Oriental, finalmente empezaron a desmovilizarse hacia 2033. Aunque claro, sólo después de esa larga serie de campañas terroristas y antiterroristas contínuas, ante toda clase de gobiernos tanto fuertes como débiles, pero que finalmente fueron infructuosas. Militarmente, ya no se podía hacer más, sino repetir una y otra vez la misma historia.

En particular, se reinsertaron cada vez más seguido los más cansados de la guerra, los veteranos del recrudecimiento de las primeras dos décadas del siglo XXI y de las divisiones que causaron la muerte violenta del Mono Jojoy a manos del Ejército en 2016 y el impacto simbólico de la muerte natural de un anciano Manuel Marulanda en el 2023. Los nuevos líderes inicialmente mantuvieron la línea, pero en su fuero interno muchos sabían que la lucha armada no podía durar para siempre, y más con la sorpresiva regularización internacional de las drogas que se extendió como un virus desde 2029.

Después de unas negociaciones no exentas de controversia, y a pesar de la paz general que se firmó en 2034 y se consolidó en 2038, cuatro diferentes disidencias de la antigua guerrilla de las FARC-EPLN siguieron activas en el 2055, concentrando en total unos 3.000 hombres en las zonas del suroriente del país, bordeando reductos de influencia VAC al norte y al oeste, desde donde ambos empezaron a ejercer cierto contrabando esmeraldero, ecológico y petrolero, desde y hacia el exterior en pequeñas cantidades.

En general, a éstos sobrevivientes no se les considera como criminales políticos sino como terroristas, especialmente a partir de la enmienda constitucional en tal sentido aprobada en 2052...
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...y la visión empieza a oscurecerse, un futuro extraño, un presente que todavía no es, un futuro que ya ha sido, uno con matices de nuestra realidad actual que quizás no llegarán a traspasar los años, desaparece en un abrir y cerrar de ojos...hemos regresado al pasado que todavía es, al presente que todavía no es ese mañana, y que tal vez nunca lo sea.



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