jueves, mayo 19, 2005
Cuando el río suena...
...piedras lleva. O, en este caso, piedrotas, llenas de sangre. Antes de querer analizar el futuro (¿qué tanto cambiará o no el país en 50 años?), conviene volver a mirar nuestro pasado.
Ayer me trasnoché mirando en el Canal Institucional el debate en la Cámara de Representantes sobre "Paramilitarismo en Sucre", a cargo del PDI (que no precisamente está lleno de santos de mi devoción, aviso). Es muy raro que yo me ponga a ver ese canal a esas horas, y menos aún me interesaría estar pendiente de los discursos retóricos y politiqueros de siempre, tanto por parte de los congresistas uribistas como antiuribistas (y los que no son ni hacen nada, excepto cuando les conviene).
Pero francamente quede sorprendido. No sólo por el contenido en sí del debate, que incluía informes oficiales, fotos, videos y testimonios relativos a los antecedentes y consecuencias de masacres como las de Macayepo en el 2000, Chengue en el 2001 y su enredada investigación (detalles imposibles de reproducir aquí en su totalidad), sino también por las conductas de los congresistas y las palabras que se oyeron tanto a favor como en contra de las imputaciones que se realizaron.
Leer...
Creo que se vió de todo en ese debate, dejando en evidencia una amplia gama de las virtudes y los vicios de los diversos "padres de la patria" que nos ha tocado aguantar (¿hasta cuándo?), además de sufrir la continuación de la violencia misma.
Así como el hecho de que fuera Pablo Escobar quien haya puesto en evidencia la pobreza moral de amplios sectores de la sociedad y de la política colombiana no hace que esos problemas sean ficticios, el que sea el PDI quien organice éste tipo de debates no cambia el hecho de que, detrás de la retórica y las ambiciones políticas, sí que hay preocupaciones serias que deben atenderse. No es la simple cuestión de que si algunos llegan a decir que "el gobierno es paramilitar", siempre le toque al presidente Uribe ponerse a responder una y otra vez a esas acusaciones extremistas y simplistas (a veces cayendo en uno que otro error de igual carácter).
Obviamente, casi todos los hechos mencionadas ocurrieron durante el gobierno de Pastrana, pero el problema tiene ramificaciones que llegarían hasta nuestros días. Hay que entrar en materia porque, a pesar de que es un secreto a voces (o ni siquiera...ya ni es tan secreto a éstas alturas, de tanto oirlo mencionar) que los paramilitares siempre han tenido relaciones con políticos locales o nacionales, es impresionante comprobar, así sea en un par de casos concretos en Sucre, su capacidad de intimidación y de penetración.
Y digo "comprobar" porque, a pesar del vocabulario y el lenguaje empleando, para no olvidarse de las numerosas veces en que los congresistas "ofendidos"y "contraofendidos" se salieron del tema para figurar y arrengar al público como si ya estuvieran haciendo campaña en sus propios municipios (más de uno ya andará en esas...), al final me pareció que las pruebas presentadas eran lo suficientemente contundentes para hablar de: a)serios problemas e irregularidades dentro del avance de la investigación b)la ayuda y tolerancia de varios políticos y ciertos miembros de las FF.MM. y de la Policía de Sucre en favor del paramilitarismo y sus actos demenciales.
Y habiendo hablado de figurar, ¿a quién rayos le importa oír que "el senador A explica el que tenga el monopolio de los votos en el municipio B porque de allí es su tío C que había realizado campañas para el honorable anciano D que había llegado a la región en 19XX y antes de eso era ...etc." ? Fuera de que eso sirve para recordarnos que la política provincial aquí en éste país es todavía muy clientelista y caudillista, eso tenía poco o nada que ver con el debate principal. Sobretodo porque, otorgándole una mínima inteligencia al resto de la audiencia, sería obvio que no hay forma de verificar si lo que han dicho en su "defensa" corresponde o no a la verdad.
Fácilmente puede ser que un político obtenga un amplio apoyo en una región tanto por sus vínculos familiares/patriarcales como por sus conexiones paramilitares. Lo primero no excluye a lo segundo, ni vice versa. Ni tampoco tendrían que ver las obras realizadas y los contratos firmados, porque aún si todo se hiciera a las mil maravillas, la gente no piensa de forma homogénea ni aquí ni en China (espero, al menos). Yo no creo que sea realmente un resultado muy democrático que digamos que alguien obtenga alrededor de 90% del voto en una localidad (excepto en casos excepcionales que merecen verificarse con lupa), eso se llama puro caciquisimo electorero.
Pero en resumidas cuentas, escudándose en la defensa del "honor" y del "buen nombre", se utilizaron dichos "discursos" y "réplicas" más como elemento distractor (y aburridor, casi me duermo en ciertas partes) que para realmente confirmar o descartar las acusaciones. Lo mismo podría decirse de la intervención de la señora Rocío Arias, autoproclamada "defensora número 1 del proceso de paz de Sante Fé de Ralito", quien al parecer no siente pena de que, para bien o para mal, se le relacione tan abiertamente con las AUC y sus posturas dentro de la negociación.
El senador García Romero, el que sufrió las más duras críticas durante la exposición del PDI (si hasta le sacaron una cinta de audio y una declaración suya en la revista Semana en que afirmaba que esa cinta era real, "sólo" que había sido gravada en otro momento), casi que parecía que se delataba a sí mismo física y públicamente al mostrarse tan alterado que estaba entre el llanto y el escalofrío, mientras hacía su (no muy convincente y llena de ataques personales) defensa. Podría ser ultra-sensibilidad nada más, pero...
Y me pareció muy extraña la aparición en el recinto de un testigo de apellido Tovar, porque dizque no había sido invitado por el PDI (que utilizó sus declaraciones del 2001 como pruebe de varias cosas), si bien trató de bajarle el tono a las acusaciones contra el señor García y se quejó de un supuesto acoso de asesores del señor Petro, afirmó que sí eran reales "muchas de las cosas" que habían sido mostradas, y que efectivamente estaría siendo perseguido por el entonces jefe de la Policía de Sucre...quien luego fuera nombrado en un cargo diplomático por nuestro actual presidente (no sé con qué intenciones y no me voy a poner a especular, ni a favor ni en contra de ese nombramiento).
Y quizás lo que más me impactó, fuera de las escalofriantes imágenes de algunos de los cadáveres mutilados (¿para qué es que servirá la Comisión Nacional de TV?), fue el video donde un alcalde local de Sucre denunció (de forma imprevista en el programa, es cierto) una persecución en su contra por parte de políticos de ese departamente durante un consejo comunal en febrero del 2003, con nombres propios, y terminó siendo asesinado en abril del mismo año. ¿No se le proporcionó la protección que obviamente requería, después de tales denuncias? No lo sé, pero me intrigaría saber qué sucedió.
Otra cosa...es interesante que fuera el señor Petro quien sugirió que en la investigación de Chengue se habría condenado con demasiada rapidez al personal de la Armada Nacional para así tratar de contentar a las ONG internacionales...mientras que si se hubiera dirigido el caso más hacia las actitudes sospechosas de la Policía de Sucre (cuyo jefe de entonces, en contraste con su inmediato antecesor, se mostró más pasivo con los paras...y fueron policias los que vieron a los paras moverse, pero le avisaron a la Armada coincidencialmente ya muy tarde, etc.) y de ahí se hubiera seguido con cuidado el hilo hasta llegar a los nexos paramilitares con políticos locales, quizás eso no sería considerado como un "avance" por algunas ONG.
Vaya doble moral tan evidente...el observar que la verdad e integridad de una investigación podría comprometerse sólo para agradar a entidades extranjeras, y que a las mismas ONG tampoco les importaría que se llegue hasta las últimas consecuencias ni a la verdad de los hechos, sino que se presenten "resultados" contra el paramilitarismo a cualquier precio. Para no hablar de lo deplorable de las presiones que varios funcionarios de la fiscalía y ciertos políticos ejercieron durante el proceso. Todas esas conductas me parecen reprochables, y así podría seguir mencionando más episodios de ese debate que me llamaron la atención (¿quién saldrá airoso, después de las amenazas de denuncias judiciales?), pero ya eso es bastante.
Ayer me trasnoché mirando en el Canal Institucional el debate en la Cámara de Representantes sobre "Paramilitarismo en Sucre", a cargo del PDI (que no precisamente está lleno de santos de mi devoción, aviso). Es muy raro que yo me ponga a ver ese canal a esas horas, y menos aún me interesaría estar pendiente de los discursos retóricos y politiqueros de siempre, tanto por parte de los congresistas uribistas como antiuribistas (y los que no son ni hacen nada, excepto cuando les conviene).
Pero francamente quede sorprendido. No sólo por el contenido en sí del debate, que incluía informes oficiales, fotos, videos y testimonios relativos a los antecedentes y consecuencias de masacres como las de Macayepo en el 2000, Chengue en el 2001 y su enredada investigación (detalles imposibles de reproducir aquí en su totalidad), sino también por las conductas de los congresistas y las palabras que se oyeron tanto a favor como en contra de las imputaciones que se realizaron.
Leer...
Creo que se vió de todo en ese debate, dejando en evidencia una amplia gama de las virtudes y los vicios de los diversos "padres de la patria" que nos ha tocado aguantar (¿hasta cuándo?), además de sufrir la continuación de la violencia misma.
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Antes que nada, sería ingenuo ignorar que uno de los propósitos del PDI (y de Gustavo Petro) seguirá siendo el de continuar con su campaña de desprestigio contra el gobierno en general y el presidente en particular, mirando hacia las futuras elecciones parlamentarias y presidenciales, pero ese no es el punto que quisiera abordar. Si fuera cuestión de ayudarle a la "oposición" o a la "reelección", simplemente aplaudiría al PDI o condenaría como inútil ese debate (o lo ignoraría), y no voy a hacer eso.Así como el hecho de que fuera Pablo Escobar quien haya puesto en evidencia la pobreza moral de amplios sectores de la sociedad y de la política colombiana no hace que esos problemas sean ficticios, el que sea el PDI quien organice éste tipo de debates no cambia el hecho de que, detrás de la retórica y las ambiciones políticas, sí que hay preocupaciones serias que deben atenderse. No es la simple cuestión de que si algunos llegan a decir que "el gobierno es paramilitar", siempre le toque al presidente Uribe ponerse a responder una y otra vez a esas acusaciones extremistas y simplistas (a veces cayendo en uno que otro error de igual carácter).
Obviamente, casi todos los hechos mencionadas ocurrieron durante el gobierno de Pastrana, pero el problema tiene ramificaciones que llegarían hasta nuestros días. Hay que entrar en materia porque, a pesar de que es un secreto a voces (o ni siquiera...ya ni es tan secreto a éstas alturas, de tanto oirlo mencionar) que los paramilitares siempre han tenido relaciones con políticos locales o nacionales, es impresionante comprobar, así sea en un par de casos concretos en Sucre, su capacidad de intimidación y de penetración.
Y digo "comprobar" porque, a pesar del vocabulario y el lenguaje empleando, para no olvidarse de las numerosas veces en que los congresistas "ofendidos"y "contraofendidos" se salieron del tema para figurar y arrengar al público como si ya estuvieran haciendo campaña en sus propios municipios (más de uno ya andará en esas...), al final me pareció que las pruebas presentadas eran lo suficientemente contundentes para hablar de: a)serios problemas e irregularidades dentro del avance de la investigación b)la ayuda y tolerancia de varios políticos y ciertos miembros de las FF.MM. y de la Policía de Sucre en favor del paramilitarismo y sus actos demenciales.
Y habiendo hablado de figurar, ¿a quién rayos le importa oír que "el senador A explica el que tenga el monopolio de los votos en el municipio B porque de allí es su tío C que había realizado campañas para el honorable anciano D que había llegado a la región en 19XX y antes de eso era ...etc." ? Fuera de que eso sirve para recordarnos que la política provincial aquí en éste país es todavía muy clientelista y caudillista, eso tenía poco o nada que ver con el debate principal. Sobretodo porque, otorgándole una mínima inteligencia al resto de la audiencia, sería obvio que no hay forma de verificar si lo que han dicho en su "defensa" corresponde o no a la verdad.
Fácilmente puede ser que un político obtenga un amplio apoyo en una región tanto por sus vínculos familiares/patriarcales como por sus conexiones paramilitares. Lo primero no excluye a lo segundo, ni vice versa. Ni tampoco tendrían que ver las obras realizadas y los contratos firmados, porque aún si todo se hiciera a las mil maravillas, la gente no piensa de forma homogénea ni aquí ni en China (espero, al menos). Yo no creo que sea realmente un resultado muy democrático que digamos que alguien obtenga alrededor de 90% del voto en una localidad (excepto en casos excepcionales que merecen verificarse con lupa), eso se llama puro caciquisimo electorero.
Pero en resumidas cuentas, escudándose en la defensa del "honor" y del "buen nombre", se utilizaron dichos "discursos" y "réplicas" más como elemento distractor (y aburridor, casi me duermo en ciertas partes) que para realmente confirmar o descartar las acusaciones. Lo mismo podría decirse de la intervención de la señora Rocío Arias, autoproclamada "defensora número 1 del proceso de paz de Sante Fé de Ralito", quien al parecer no siente pena de que, para bien o para mal, se le relacione tan abiertamente con las AUC y sus posturas dentro de la negociación.
El senador García Romero, el que sufrió las más duras críticas durante la exposición del PDI (si hasta le sacaron una cinta de audio y una declaración suya en la revista Semana en que afirmaba que esa cinta era real, "sólo" que había sido gravada en otro momento), casi que parecía que se delataba a sí mismo física y públicamente al mostrarse tan alterado que estaba entre el llanto y el escalofrío, mientras hacía su (no muy convincente y llena de ataques personales) defensa. Podría ser ultra-sensibilidad nada más, pero...
Y me pareció muy extraña la aparición en el recinto de un testigo de apellido Tovar, porque dizque no había sido invitado por el PDI (que utilizó sus declaraciones del 2001 como pruebe de varias cosas), si bien trató de bajarle el tono a las acusaciones contra el señor García y se quejó de un supuesto acoso de asesores del señor Petro, afirmó que sí eran reales "muchas de las cosas" que habían sido mostradas, y que efectivamente estaría siendo perseguido por el entonces jefe de la Policía de Sucre...quien luego fuera nombrado en un cargo diplomático por nuestro actual presidente (no sé con qué intenciones y no me voy a poner a especular, ni a favor ni en contra de ese nombramiento).
Y quizás lo que más me impactó, fuera de las escalofriantes imágenes de algunos de los cadáveres mutilados (¿para qué es que servirá la Comisión Nacional de TV?), fue el video donde un alcalde local de Sucre denunció (de forma imprevista en el programa, es cierto) una persecución en su contra por parte de políticos de ese departamente durante un consejo comunal en febrero del 2003, con nombres propios, y terminó siendo asesinado en abril del mismo año. ¿No se le proporcionó la protección que obviamente requería, después de tales denuncias? No lo sé, pero me intrigaría saber qué sucedió.
Otra cosa...es interesante que fuera el señor Petro quien sugirió que en la investigación de Chengue se habría condenado con demasiada rapidez al personal de la Armada Nacional para así tratar de contentar a las ONG internacionales...mientras que si se hubiera dirigido el caso más hacia las actitudes sospechosas de la Policía de Sucre (cuyo jefe de entonces, en contraste con su inmediato antecesor, se mostró más pasivo con los paras...y fueron policias los que vieron a los paras moverse, pero le avisaron a la Armada coincidencialmente ya muy tarde, etc.) y de ahí se hubiera seguido con cuidado el hilo hasta llegar a los nexos paramilitares con políticos locales, quizás eso no sería considerado como un "avance" por algunas ONG.
Vaya doble moral tan evidente...el observar que la verdad e integridad de una investigación podría comprometerse sólo para agradar a entidades extranjeras, y que a las mismas ONG tampoco les importaría que se llegue hasta las últimas consecuencias ni a la verdad de los hechos, sino que se presenten "resultados" contra el paramilitarismo a cualquier precio. Para no hablar de lo deplorable de las presiones que varios funcionarios de la fiscalía y ciertos políticos ejercieron durante el proceso. Todas esas conductas me parecen reprochables, y así podría seguir mencionando más episodios de ese debate que me llamaron la atención (¿quién saldrá airoso, después de las amenazas de denuncias judiciales?), pero ya eso es bastante.
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Por otra parte, también sería muy lamentable y equivocado que olvidaramos que la guerrilla también ha cometido actos barbáricos, no en Sucre sino en todo el país, pero ni lo uno excusa lo otro, ni ha de caerse en excesos a causa del deseo de venganza o de justicia que, con mayor o menor razón, exista. Todo el país debería aprovechar éstos debates y ocasiones para entender la magnitud del problema de la violencia y recordar a las víctimas, tanto las que cayeron a manos de la guerrilla como de los paramilitares y de miembros de la fuerza pública. No sólo para reflexionar sobre los muertos conocidos, sino también para hacerlo sobre la situación del país entero.
No siempre se puede honrar a todas las víctimas al mismo tiempo, por falta de medios y de tiempo, pero así sea gradualmente, caso por caso, habría que tratar de hacerlo, o por lo menos proponerlo como algo necesario para nuestra sociedad, si queremos empezar a encontrar la manera de superar el dolor mutuo que nos causamos los unos a los otros. En el fondo, no es menos colombiano ni menos humano quien muera por culpa de un paramilitar, un guerrillero o un soldado, tanto en combate como fuera de él. La muerte no discrima, y la vida tampoco debería hacerlo.
No siempre se puede honrar a todas las víctimas al mismo tiempo, por falta de medios y de tiempo, pero así sea gradualmente, caso por caso, habría que tratar de hacerlo, o por lo menos proponerlo como algo necesario para nuestra sociedad, si queremos empezar a encontrar la manera de superar el dolor mutuo que nos causamos los unos a los otros. En el fondo, no es menos colombiano ni menos humano quien muera por culpa de un paramilitar, un guerrillero o un soldado, tanto en combate como fuera de él. La muerte no discrima, y la vida tampoco debería hacerlo.
Para reclamos penales, favor no contacte al autor. Seguramente se le practicará la abstención activa.
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