jueves, marzo 17, 2005
¿Otro Referendo?
Eso es lo que insistentemente han pedido los señores del garrote concentrados en Ralito (depronto es mejor decirles "con garra", para abreviar). Pero no, parece que al fin no va a ser así.
Y quizás eso es lo mejor, para prevenir las conocidas presiones al electorado por parte de todos los diversos actores armados (y políticos), ya que no ha sido muy buena que digamos la experiencia del país con ese tipo de mecanismos de participación, específicamente cuando se votan independientemente de las elecciones nacionales.
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En las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente del 1991, algo mucho más importante que un simple referendo, la participación apenas fue de entre 25% y 30%...o más importante aún, la abstención fue de entre 70% y 75% .
Al parecer los constituyentes consideraron que eso era suficiente para establecer un precedente, ya que la Constitución dice lo siguiente: La aprobación de reformas a la Constitución por vía de referendo requiere el voto afirmativo de más de la mitad de los sufragantes, y que el número de estos exceda de la cuarta parte del total de ciudadanos que integren el censo electoral.
Y hasta donde yo sé, en 1991 la participación fue incentivada por casi todos los sectores políticos, incluyendo las guerrilas desmovilizadas, y aún así no se logro un mejor resultado. La "abstención activa" no existía, ese fue un invento del 2003 (es mucho más fácil desvirtuar toda una votación que conseguir derrotarla en las urnas).
¿Porqué han sido tan relativamente decepcionantes éstos resultados, pero otros no tanto? Al menos en parte, la respuesta es muy simple, y tiene que ver con la fecha de votación.
Cuando los referendos, plesbicitos, "séptimas papeletas" (aunque ésta en particular fue más simbólica que otra cosa, obtuvo unos dos millones de votos) se realizan el mismo día que los políticos y los caciques electorales salen a impulsar la votación en beneficio propio, es decir por sus puestos, la participación en esas iniciativas suele salir muy bien.
El Mandato por la Paz de 1997 consiguió diez millones de votos de unos trece millones de votantes en total, y el plesbicito oficial por la convocación a una constituyente (inspirado directamente por la "séptima papeleta" original) consiguió cinco de entre seis millones en total, en 1990. ¿Adivinen porqué? Porque fueron votados el mismo día de las elecciones generales.
Seguramente fue por eso mismo que, inicialmente, se intentó realizar de esa forma el referendo del 2003, pero no fue posible (y fue mejor así, dado el confuso Frankenstein que se iba a aprobar). En todo caso, el gobierno ha hecho bien en "ponerle peros" al asunto, hasta por su propio bien.
Es que es el mismo Uribe quien bien sabe que los referendos pueden "quemarse" muy fácilmente...sobre todo cuando quien está en contra de las iniciativas fomenta la ya tradicional pereza (y miedo) del electorado, para que la gente no vaya a votar.
Para reclamos penales, favor no contacte al autor. Seguramente se le practicará la abstención activa.
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