viernes, febrero 25, 2005
La Otra Culebra
o "Cómo Borrar con el Codo lo que se Escribe con la Mano".
.
A Uribe se le pueden reconocer ciertas cosas positivas en materia de seguridad. No sólo en cuanto a cifras oficiales, sino también en cuanto a hechos más reales. Inclusive las recientes agresiones guerrilleras del año en curso han sido más bien suaves, comparadas con las de la década pasada.
Pero no es ese el tema del que quiero hablar, sino sobre la política antidrogas, llámese lucha antinarcóticos, guerra contra las drogas, "war on drugs", "Plan Colombia" (en el mal sentido de la palabra) o como se quiera llamarla, pues ahí sí las cosas pintan más bien del color de hormiga.
Leer...
Hoy sale en El Tiempo un informe más que nos pretende descrestar con frases como:
“En otras palabras, las fuerzas colombianas fumigaron suficiente herbicida para cubrir más del total de los cultivos de coca existentes a comienzos del 2004, dejando a muchos cocaleros en la poco envidiable posición de replantar a un ritmo frenético para mantener la producción, reubicarse en otras áreas o salir del negocio”, dijo.
O sea que "vamos ganando". Pero ésto es autoengañarse.
La demanda sigue intácta en el extranjero, los precios de venta de las drogas están iguales o bajando, y la producción no hace sino desplazarse a otras áreas, dentro o fuera del país. Es el "efecto globo".
Es más, en el mismo artículo del El Tiempo se cita lo siguiente:
La primera dama peruana Eliane Karp de Toledo dijo esta semana en Washington que era “casi imposible” erradicar los cocales en Perú porque eran difíciles de encontrarlos y estaban bien administrados por campesinos que conocen las reglas del mercado.
Una amplia región peruana estaba prácticamente aislada por cocaleros que se oponen a la erradicación, un fenómeno que también Bolivia ha visto persistentemente.
O sea que en Perú y en Bolivia, aún si nosotros tuvieramos éxito en erradicar los cultivos, también existen las condiciones para proseguir con el negocio que suponen éstos venenos.
Es cierto, aquí en Colombia los cocaleros realmente no son tan numerosos, ni histórica ni culturalmente importantes, como en el Perú y en Bolivia.
Pero existen. Porque no tienen otras oportunidades de empleo. Y porque también son tercos, si es el caso. No todos son así, claro. Pero los que lo son, son suficientes.
Por más que les fumigen su parcela en múltiples ocasiones, muchos no se rinden.
Y los efectos de la fumigación aérea para la salud de seres humanos no son muy buenos que digamos.
Claro, alguien dirá "pero es que se lo merecen por ser narcotraficantes" o alguna otra barbaridad de ese calibre.
La fumigación por sí misma no sólo causa graves efectos sanitarios y ecológicos, sino que tampoco es capaz de desmotivar a los cultivadores, y quizás más grave aún, fomenta el desplazamiento .
Todo ésto no hace sino ayudar a seguir desprestigiando al estado y a su política antidrogas, lo que le asegura a los diversos grupos ilegales involucrados en el negocio una cierta base social, sin conseguir frenar realmente ni la exportación ni la demanda por el consumo de éstos venenos.
¿De verdad se cree que la prohibición está funcionando?
No. Hay que cambiar de estrategia, hay que combatir la demanda en el extranjero, hay que usar otros métodos como la sustitución y erradicación manual de cultivos, hay que fomentar muchísimo más los programas económicos alternativos que apenas están en pañales.
O en simple colombiano: hay que dejarse de joder y legalizar éstas porquerías.
No será moralmente agradable, pero ese es el mal menor.
Si vamos a seguir jugando a los bomberos puritanos, entonces me daría mucha pena con el señor presidente, pero a pesar de sus esfuerzos por pisotear una culebra (y hay que valerle su análisis franco y reiterativo de que la misma todavía sigue muy viva), esos esfuerzos van a resultar inútiles a la larga. Con o sin reelección.
La otra culebra, la que muchos aquí no quieren ver y tampoco ven muchos en los Estados Unidos, va a continuar regenerándose, mudando su piel engañosamente, y nos va a seguir mordiendo el trasero a todos.
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A Uribe se le pueden reconocer ciertas cosas positivas en materia de seguridad. No sólo en cuanto a cifras oficiales, sino también en cuanto a hechos más reales. Inclusive las recientes agresiones guerrilleras del año en curso han sido más bien suaves, comparadas con las de la década pasada.
Pero no es ese el tema del que quiero hablar, sino sobre la política antidrogas, llámese lucha antinarcóticos, guerra contra las drogas, "war on drugs", "Plan Colombia" (en el mal sentido de la palabra) o como se quiera llamarla, pues ahí sí las cosas pintan más bien del color de hormiga.
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Hoy sale en El Tiempo un informe más que nos pretende descrestar con frases como:
“En otras palabras, las fuerzas colombianas fumigaron suficiente herbicida para cubrir más del total de los cultivos de coca existentes a comienzos del 2004, dejando a muchos cocaleros en la poco envidiable posición de replantar a un ritmo frenético para mantener la producción, reubicarse en otras áreas o salir del negocio”, dijo.
O sea que "vamos ganando". Pero ésto es autoengañarse.
La demanda sigue intácta en el extranjero, los precios de venta de las drogas están iguales o bajando, y la producción no hace sino desplazarse a otras áreas, dentro o fuera del país. Es el "efecto globo".
Es más, en el mismo artículo del El Tiempo se cita lo siguiente:
La primera dama peruana Eliane Karp de Toledo dijo esta semana en Washington que era “casi imposible” erradicar los cocales en Perú porque eran difíciles de encontrarlos y estaban bien administrados por campesinos que conocen las reglas del mercado.
Una amplia región peruana estaba prácticamente aislada por cocaleros que se oponen a la erradicación, un fenómeno que también Bolivia ha visto persistentemente.
O sea que en Perú y en Bolivia, aún si nosotros tuvieramos éxito en erradicar los cultivos, también existen las condiciones para proseguir con el negocio que suponen éstos venenos.
Es cierto, aquí en Colombia los cocaleros realmente no son tan numerosos, ni histórica ni culturalmente importantes, como en el Perú y en Bolivia.
Pero existen. Porque no tienen otras oportunidades de empleo. Y porque también son tercos, si es el caso. No todos son así, claro. Pero los que lo son, son suficientes.
Por más que les fumigen su parcela en múltiples ocasiones, muchos no se rinden.
Y los efectos de la fumigación aérea para la salud de seres humanos no son muy buenos que digamos.
Claro, alguien dirá "pero es que se lo merecen por ser narcotraficantes" o alguna otra barbaridad de ese calibre.
La fumigación por sí misma no sólo causa graves efectos sanitarios y ecológicos, sino que tampoco es capaz de desmotivar a los cultivadores, y quizás más grave aún, fomenta el desplazamiento .
Todo ésto no hace sino ayudar a seguir desprestigiando al estado y a su política antidrogas, lo que le asegura a los diversos grupos ilegales involucrados en el negocio una cierta base social, sin conseguir frenar realmente ni la exportación ni la demanda por el consumo de éstos venenos.
¿De verdad se cree que la prohibición está funcionando?
No. Hay que cambiar de estrategia, hay que combatir la demanda en el extranjero, hay que usar otros métodos como la sustitución y erradicación manual de cultivos, hay que fomentar muchísimo más los programas económicos alternativos que apenas están en pañales.
O en simple colombiano: hay que dejarse de joder y legalizar éstas porquerías.
No será moralmente agradable, pero ese es el mal menor.
Si vamos a seguir jugando a los bomberos puritanos, entonces me daría mucha pena con el señor presidente, pero a pesar de sus esfuerzos por pisotear una culebra (y hay que valerle su análisis franco y reiterativo de que la misma todavía sigue muy viva), esos esfuerzos van a resultar inútiles a la larga. Con o sin reelección.
La otra culebra, la que muchos aquí no quieren ver y tampoco ven muchos en los Estados Unidos, va a continuar regenerándose, mudando su piel engañosamente, y nos va a seguir mordiendo el trasero a todos.
Para reclamos penales, favor no contacte al autor. Seguramente se le practicará la abstención activa.
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