lunes, diciembre 05, 2005

Amnesia Roja

Sólo así se puede calificar la condición de la cual sufre cierto ex-presidente del Partido Liberal, que recientemente ha pasado de dar cátedra en los periódicos a darla en vivo y en directo. La nota de EL TIEMPO al respecto es reveladora a la hora de querer hacer un análisis, así sea preeliminar, de la salud de aquel otrora venerable anciano y de su colectividad.

“Llaman seguridad democrática a que los ricos puedan ir a sus fincas, merced a la circulación de los automóviles, felicito al Gobierno por esa ejecutoria, pero el problema es más hondo y serio”.

Claro que lo es, doctor López. Precisamente, el "problema" se ha venido profundizando y poniéndose cada vez más serio desde hace ya varios años. Como mínimo, desde su propia administración. El secuestro, los ejércitos privados protoparamilitares, el narcotráfico, los asesinatos, la compra de conciencias y otras formas delictivas ya empezaban a notarse cada vez con más frecuencia. Es más, la circulación misma de los automóviles de todo tipo, mostraba ya leves señales de su futura decadencia. Ni hablar del estado no sólo de las fincas sino del campo en general, azotado por los "no ricos" guerrilleros.

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¿Y qué hizo usted entonces? Más bien poco. Detener los operativos militares contra el ELN en el momento en que lo tenían casi de rodillas, a cambio de el antecedente virtual de la silla vacía. Y eso sería quizás lo más positivo, porque de resto, se logró aún menos frente a los otros aspectos del "problema". Entonces no venga a dárselas de que usted haya hecho algo mejor, porque ni siquiera eso fue capaz de lograr durante sus 15 minutos de fama.

“Vamos a demostrar que Santander es la cuna de los entierros de los jefes que se creen insustituibles”.

Empezando por usted mismo, no me cabe duda, ya que más de uno quisiera darle a usted una corona de laureles.

“El gran problema es ofrecerle algún futuro a quienes oscilan alrededor de los 20 años; que no sea la reinserción, ni el perdón, ni el olvido, sino que haya una Colombia amable, en la que se pueda confiar…”

Pues entonces dichoso futuro el que usted le ha ofrecido a los que tenían 20 años durante su turno en la silla presidencial...efectivamente, no reinsertó a nadie, y si acaso intentó ofrecer perdón y olvido los elenos lo dejaron con los crespos hechos. ¿Qué tal eso?

Ni hablar de la "amabilidad" de una Colombia en la cual empezó a extenderse la corrupción, el facilismo, el egoísmo y la desconfianza, tomando el ejemplo no sólo de los emergentes narcotraficantes y los grupos ilegales, sino de López Michelsen mismo, su gobierno y su familia.

“No es posible que en una sociedad, después de haber alcanzado títulos universitarios, los médicos manejan automóviles, los abogados pinten casas y se niega el total progreso de la juventud”

Claro que es posible, otra cosa es que sea criticable y rechazable, pero ahí está la realidad frente a todos nosotros. Signos de eso mismo ya había en sus épocas, cuando la inflación y el desempleo estaban muchísimo más disparados que como están hoy en día, a pesar de todo lo que se prometía para "reducir la brecha entre ricos y pobres". Bueno, no todo fue malo. Mientras tanto, por lo menos se logró que la familia López se enriqueciera aún más, y que sus abogados y médicos (si los hubiere) encontraran buen uso para sus títulos.

"Dejemos atrás esta República estancada, que no ofrece nada y abramos el porvenir con el Partido que creó las prestaciones sociales, redimió a los esclavos, le dio posición a la mujer y proclamó la igualdad de raza”

Hay que dejarla atrás, sí, pero sin montarse al mismo bus en que usted está viajando. Si la República está estancada, su estancamiento en buena parte se desprende directamente de lo que en conjunto trataron de "ofrecer" y no llegaron nunca a cumplir sus arquitectos, no sólo usted mismo sino la serie de presidentes Liberales que vinieron tanto antes como después.

Las dichosas prestaciones sociales que menciona han llegado siempre tarde y a cuentagotas. O en su defecto, en efímera avalancha y a crédito, sin tener los medios para sostenerlas cuando sus usos electorales desaparecen y las "prestaciones sociales" persisten apenas en el papel.

La redención de los esclavos, que tanto parece darle motivos para el orgullo, fue todo lo contrario. Es una de las grandes vergüenzas de Colombia que la libertad decretada en 1821 se haya vuelto una farsa e inclusive una traición. Fue una monstruosidad moral apenas corregida en 1852. Es decir, de nuevo tarde y a cuentagotas, como ha sido la costumbre general.

El darle "posición a la mujer" también fue el resultado de un proceso lento y aún más vergonzoso, aún en comparación con otras naciones americanas tuvimos bastante atraso. Hoy mismo todavía tenemos un buen trecho por recorrer. Y no fue un monopolio del Partido Liberal el conceder dicha "posición", si tenemos en cuenta que fue el general Rojas Pinilla, uno de los godos más dados a la metamorfósis pero godo a fin de cuentas, quien le dió derechos políticos plenos a la mujer apenas hacia finales de los años 50s.

Y la "igualdad de raza", tantas veces violada en la práctica por ambos partidos, tampoco es algo exclusivamente Liberal ni Conservador. Sobre todo porque desde el principio, desde la Gran Colombia misma, fue una igualdad defendida por ambos sectores, pero pensada en términos de la asimilación y de la incorporación al ejército y al régimen fiscal, dejando los derechos culturales y socioeconómicos de los indígenas y de las negritudes en un lejano tercer o cuarto plano.

“Nada de avergonzarnos ridiculizando el ‘trapo rojo’, que significa un paso adelante hacia la civilización, esa es la bandera en la que se deben envolver no solo los liberales sino todos los colombianos que quieran a su patria”.

Seguramente. Un paso adelante hacia la civilización seguido por dos pasos hacia atrás, como fue el triste resultado de la República Liberal y de la labor de su mismo padre. López Pumarejo despertó expectativas que no sólo no pudo cumplir sino que no quiso, como lo prueba no sólo su segunda administración sino también su primera. Su hijo fue fiel al ejemplo de su padre, hay que admitirlo, pues prácticamente repitió el mismo esquema.

El "loco" de Mockus no ha inventado nada nuevo ahora que habla del partido "visionario", pues eso es lo que ha caracterizado al Partido Liberal: vivir de vender las visiones, en contraste con las realidades:

Agitar el polvoriento, sucio y ensangrentado "trapo rojo" una y otra vez, para luego guardarlo y dejarlo de adorno en un estante más de la oficina (ex-)presidencial, dejando al "pueblo Liberal" a la intemperie hasta la próxima elección. Y luego el ciclo que se repite, sin mayores cambios, sin siquiera lavar el pobre trapo y mucho menos arropar a los otros pobres.

No me malinterpreten, que este mismo diagnóstico también se le puede hacer (es más, se le debe hacer) al Partido Conservador y aún al mismo presidente Uribe si se quiere. Pero eso dice más sobre lo patética que es nuestra clase política en general que sobre cualquier otra cosa.



jueves, diciembre 01, 2005

Próxima Actualización - Diciembre 5

Salí de la ciudad unos días y literalmente me embobé. Regreso el domingo y la próxima actualización será el Lunes 5 de Diciembre. Mis disculpas tanto atrasadas como por adelantado.

Para reclamos penales, favor no contacte al autor. Seguramente se le practicará la abstención activa. Cualquier otro tipo de comentario o sugerencia será, por supuesto, bienvenido. Copyright © 2004 - 2005. Algunos derechos reservados por el autor bajo Creative Commons.